lunes, junio 04, 2007

Sentir que es un soplo la vida

Cantó Carlos Gardel que veinte años no es nada sabiendo que mentía como un bellaco. Jan Grzebski lo sabe. Como en Good bye, Lenin, acaba de despertar del coma en el que entró en 1988, antes de la caída del Muro de Berlin.

Dice que lo que más le sorprende es que la gente tenga teléfonos móviles y los escaparates estén repletos de cosas para comprar. Supongo que durante los próximos meses le tendrán que explicar lo que ha pasado en el mundo en estos últimos veinte años, aunque creo que tardarán poco.

¿Cómo se lo explicarían Uds. en pocas palabras y de forma sencilla?

Yo creo que le diría que tras la caída del comunismo soviético el mundo se ha homogeneizado. Esos escaparates de Varsovia son los mismos que los que puedes encontrar en Londres o Estambul. En Palestina siguen como en el 88 y el Tercer Mundo sigue siendo el Tercer Mundo.

Si tuviese que adivinar qué cosas de las que vaya descubriendo le provocarían más shock, supongo que me quedaría con las imágenes del 11-S (piensen en cómo las vivieron Uds. y traten de ponerse en el lugar de alguien de 1988) e Internet (hagan el mismo ejercicio).

Aunque seguro que lo que de verdad le impactará es todo aquello de lo que no escribimos en los blogs y que acaba siendo la única verdad de esta vida, la esencia misma del ser. Jan va a poder conocer a sus once nietos.

Por lo demás, veinte años no es nada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo se lo explicarían Uds. en pocas palabras y de forma sencilla?

Simplemente, era todo mentira.

Que le lleven a un sex shop.

PD: No encuentro su reflexión electoral.

Rome dijo...

Tiene razón, don güevos, pero es que de un simplismo que no merece la pena ni escribirla. La variación entre estas elecciones municipales y las anteriores es tan mínima que asusta (a mi). El bipartidismo se consolida fuertemente, Iu se mantiene atascada y todos los experimentos que hace cuatro años se iban a comer el mundo, bajan o son sustituidos por nuevos experimentos.

Aparte del carisma de López Aguilar y la respuesta navarra a los delirios de Rajoy, lo demás es insignificante en términos de cambio para cualquier analista.

Imaginese si hubiese que explicárselo a Jan. ;o)