De anónimos se trata.
Y no hablo del que demuestra sumo interés en comentar las entradas de Romenauer, sino del que ayudó a Jorge León a dejar de sufrir.
Porque eso es simplemente lo que hizo: ayudar a realizar la voluntad de alguien que escribió "(...) a la tetraplejia irreversible se ha añadido la cronicidad de las infecciones frente a una tolerancia cada vez menor a los antibióticos, lo que provoca indeseables sufrimientos físicos y psíquicos".
Este hombre sólo pedía ayuda. Alguien que le acercase el vaso con somníferos a la boca y que después, una vez dormido, desenchufase el respirador.
Y alguien lo hizo.
Espero que nunca se sepa quien fue ese anónimo, pero yo también le doy las gracias.
Porque todavía hay gente que piensa que León no tenía derecho a decidir sobre su vida porque no le pertenece. Para esa gente, esta entrada no se titularía así, sino que debería rebautizarse como ¿Quién asesinó a Jorge León?
Y eso no tiene ni pies ni cabeza.
Por favor, regúlese de una vez por Ley el derecho a una muerte digna.
lunes, mayo 08, 2006
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