viernes, diciembre 01, 2006

Historias negras

Hoy es viernes y a pesar del título, hoy no voy a hablar del PP. :o)

Hoy quiero compartir un descubrimiento tardío: Alfonso Font.

Desde pequeño me ha fascinado leer comics. En general, es considerado como un arte menor, y ha sido muy poco valorado en nuestro país, más allá de los Ibañez de companía. Me recuerdo en la biblioteca de mi barrio, en la glorieta de Iglesias, leyendo los magistrales Mortadelo y Filemón de Ibañez, el nunca bien ponderado SuperLópez de Jan, los clásicos de Asterix y Obelix, Tintín, Spiderman o los Cuatro Fantásticos de Marvel, las rarezas como Eric Castel o el Motorista Fantasma...

Sin embargo, mi favorito siempre ha sido La espada salvaje de Conan el Bárbaro. Sobre todo los creados en blanco y negro que desarrollaban historias a caballo entre el mundo de Tolkien y la baja edad media, sumergiéndote en una imaginaria era Hyboria por las tierras de Cimmeria. ¡Que alucinante! También seguí, pero en menor medida, las historias que Red Sonja o los Cimoc...

Y crecí. Y lo dejé. Una lástima. Pero si las pasiones son fuertes, acabas reencontrándote con ellas y de un tiempo a esta parte he vuelto a aficionarme al comic. Y he descubierto unas perlas muy recomendables. Algunas, sólo son una relectura como el Paracuellos de Carlos Giménez, pero otras demuestran que soy un ignornate de todo lo que se mueve en el universo del comic. Por ejemplo, las aventuras de espionaje de Max Fridman y, sobre todo, su Rapsodia Hungara, o los comics de la iraní Marjane Satrapi, con un magistral Persépolis a la cabeza. O, rizando el rizo, la maravillosa adaptación gráfica del libro de Paul Auster, Ciudad de Cristal, de P. Karasik y D. Mazzucchelli. Caviar.

Pero la palma se la lleva el comic negro, que me empieza a gustar más que el propio cine o la novela negra. Me regalaron El Sueño Eterno, adaptación gráfica de Martin y Bermejo de la novela de Hammet y aluciné.

Así que ahora, cuando voy a la biblioteca, no dejo de pasarme por la estantería de comics y, de casualidad, tropecé con alguien que era desconocido para mi: Alfonso Font. Y leí el As Negro. Y acabo de terminar sus Historias Negras. Magistral. Es impresionante que se puedan contar historias tan cruelmente cotidianas en sólo dos páginas: nunca más diálogo del estrictamente necesario, porque el encadenamiento de imágenes deben tener la fuerza suficiente para transmitir al lector sin necesidas de nada más... puro cine.

Y a la espera, llamándome desde la estantería, Camino a la Perdición...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Apreciado Rome.
He de reconocer que a mi me ha sucedido algo similar con el mundo del cómic, aunque yo estuve secuestrado por Pratt, Alan Moore y los X-Men. De sus consideraciones Fridman imprescindible y Font un gran profesional, aunque si quiere cómic negro de verdad tendrá que acabar en las páginas de alguna obra de Malet y Tardi.

Rome dijo...

Querido Baba:

no me de más referencias, porque al final me van a convertir entre unos y otros en un adicto... ;o)

Anónimo dijo...

Disculpas de antemano, Rome.
Hammett escribió otras cosas pero no "El sueño eterno". Imprescindible la película de Howard Hawks con guión de Faulkner y el propio autor: Chandler; con Bogart y Bacall.
Y aunque ya no quieras más referencias te doy otras dos: Alack Sinner de los argentinos Muñoz y Sampayo y posiblemente el más grande cómic hecho nunca: The Spirit del inigualable Will Eisner.
Un saludo y que los disfrutes.
Alberto

Anónimo dijo...

Aunque repasando tu blog me resulta extraño el error. No será que te traicionó el subsconsciente, o como se llame, y nombraste al "padre" cuando querías nombrar al "hijo" o al "espíritu santo" :)
En fin, un saludo nuevamente.
Alberto