NO es un negocio

Aunque se empeñen en la ridiculez liberal de que los vicios privados producen virtudes públicas, es evidente que no es cierto.

Los negocios son los negocios y los servicios públicos deben ser servicios y públicos.

Porque cuando se mezclan, nos tenemos que escandalizar con el enésimo caso de una escuela infantil que es un almacen de niños o un sitio en el que los maltratan directamente. O con extrañas sectas a las que la Comunidad de Madrid financia para "remaltratar" a mujeres en un Centro de Acogida. O con constructores que montan ONGS para gestionar los Centros de Menores que ellos mismos constuyen. O con empresas que van a gestionar nuestras historias clínicas y pertenecen a grupos empresariales que se dedican a la compra-venta de datos.

Asistimos impasibles a la mercantilización de los servicios públicos y de nuestros derechos como ciudadanos. No nos indignamos, como mucho ponemos el grito en el cielo por los pobres niños a los que hacían tragar su vómito desde una perspectiva de cliente, de consumidor, de hoja de reclamaciones... no con la del ciudadano que debe exigir su derecho a poder matricular a su hijo en una escuela infantil pública de calidad.

Entre 17 y 25.ooo niños y niñas se han quedado sin plaza en una escuela infantil en la Comunidad de Madrid el año pasado. Eso contando sólo los que lo intentan, porque algunos ni siquiera se inscriben sabiendo el resultado. Mientras, se multiplican los chiringuitos para almacenar niños.

Tranquilos, que vamos a tener una M-30 que va a ser la envidia del Mundo.