Interesante reflexión de El Perdíu acerca del boom de la corrupción urbanística en estos últimos años. Obviamente, es una perspectiva de derechas, donde el corrupto es siempre el sistema público y el privado hace lo que puede para adaptarse; y donde la solución está en liberalizar y no en incrementar los controles. Pero interesante es.
Yo quiero apuntar algunas cosas al respecto.
La primera tiene que ver con el desprestigio de la política. El debate público y político ha rebajado enormemente su nivel comparado con el de apenas diez años atrás. Y sobre todo se nota en los políticos autonómicos y locales. Antes cualquiera no era concejal o diputado, antes tenías que ganarte el repeto de unas organizaciones políticas de masas, fuertes, con mucha materia gris. A partir de que éstas se fueron vaciando de materia gris, cualquiera puede llegar a ser lo que se proponga sin acumular más méritos que el de no equivocarse a la hora de votar. Que conste que lo digo incluso por mi mismo, ya que en mi vida hubiera sido dirigente autonómico de una fuerza política como IU si no hubiese ese gran vacío.
Y la situación en otros partidos no es mucho mejor.
Otra cosa que me preocupa es la pérdida de ese sentido de servicio público que siempre ha acompañado a los que se han dedicado a la política. Es evidente que esto no es generalizable, porque estoy convencido de que siguen siendo más los honestos que pretenden mejorar la vida de sus conciudadanos desde sus propios puntos de vista, pero el "he venido a la política para forrarme" de Zaplana parece que se ha extendido de forma considerable.
Por no hablar de los que gracias a la política cambian de estatus. Eso es lo peor que puede pasar y llega a ser lamentable y patético ver los esfuerzos creativos de algunos para no tener que volver a currar en su profesión de origen. De esos conozco a demasiados.
Esto si hablamos de lo que se denomina clase política y que creo que he comenzado a conocerla bien en mi penúltima incursión en la política profesional. Pero si hablamos de suelo, como el Perdíu, no puedo dejar de hablar de la sinrazón del modelo territorial que renuncia a planificar estrategicamente la ocupación del suelo y cuyos ejemplos gráficos, casualmente, son la Comunidad Valenciana y la de Madrid.
¿Alguien considera racional que cualquier pueblo de 5000 habitantes pueda colmatar su suelo y formar un conglomerado con las localidades vecinas? Pues eso pasa en Madrid, sobre todo en el segundo cinturón sur o en la A-6 y sólo ahora parece que se puede parar gracias al ventilador.
¿Es tan complicado de entender que la Comunidad de Madrid debería ponerse a pensar por donde debe crecer Madrid y por donde no? Seguramente, así se podría entender lo importante que es conservar la biodiversidad del Guadarrama o de la Sierra Oeste, y que para hacer campos de golf (acuciante necesidad vital hasta que se pase de moda) hay otros espacios. A lo mejor así se evitaría colapsar ciertas infraestructuras o que dejase de haber barrios enteros sin acceso a los más básicos servicios públicos.
Pero no, es mejor dejar hacer. Planificar es de soviéticos. ¿Por qué no puede tener mi pueblo 1500 chalés con campo de golf como lo tiene el vecino? No pongamos frenos al progreso.
domingo, octubre 22, 2006
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3 comentarios:
Por la parte que me toca. Estoy de acuerdo en lo del desprestigio de la política. Mi duda es si es un precio que hemos de pagar por atravesar ya una fase posmoderna de la vida. Quizá, en el fondo, no sea malo que la gente que tiene inteligencia y valor se dedique a otras cosas en vez de a la política, actividad a la que quedan relegados los mediocres.
Es terrible ver a todos esos políticos enriquecidos gracias a su actividad (en cualquier caso, la frase no era de zaplana).
En fin, discrepo en lo de la planificación. ¿Quién la va a hacer?, ¿Con qué criterios?. Hay cosas que nos sobrepasan, que forman parte de dinámicas sociales difícilmente comprensible o manejables. Y que no pueden ser dirigidas por un gabinete, pertenezca este a la Gosudarstvennyi Komitet po Planirovaniyu; o a una consejería de urbanismo
Pues el quiz de la cuestión, a la hora de planificar es el interés general. Y claro, es que algunos políticos consideran que su pueblo es el centro de la galaxia y que por estar en las faldas del guadarrama la sierra es suya.
Pues claro que es perfectamente posible planificar. Y absolutamente necesario. Lo contrario es dar a los especuladores la posibilidad de construir donde les venga en gana, teniendo únicamente como criterio, la maximización de beneficios, que suele casar muy mal con los intereses medioambientales, sociales, económios (salvo si son los suyos) o culturales.
Y darte la razón, romenauer, en el desprestigio de la política, y apuntarte que en muchos casos, se ha contribuido a él desde las propias organizaciones políticas, incapaces de renovar con soltura al personal dirigente (algunos, como la energía, no se destruyen, solo se transforman o rotan de puesto en puesto y sigo porque me toca).
No hombre, mejor dejamos a los martinsa de turno o florentinos que destrocen el patrimonio natural de todos para que se beneficien los golfistas con chalet y nos digan ellos, en función de sus intereses donde planifican sus inversiones. Porque lo mismo piensas que los dueños del suelo no planifican... ahh, que eso es de sociatas comunistas, lo de los especuladores es capitalismo y mercado libre.
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