lunes, octubre 30, 2006

Sostenibilidad

Juan Vicente Herrera, Presidente de la Junta de Castilla y León.


- ¿Y luego van diciendo estos ecologistas hippies que no se puede compatibilizar el desarrollo con el medio ambiente? Que sabrán ellos. Anda que no... Manolo tire la alfombra que me mancho los Martinelli y dígale al fotógrafo que me saque de este lado, que es el bueno. Joder, Manolo, ¿y esto qué es?

- Una arizónica, Sr. Herrera. Una arizónica.

- ¿Una qué? Bueno, que más da... tire la foto ya que me duelen los riñones. Maldita campaña electoral...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y menos mal que es verde la alfombra... jajaja. Si llega a ser roja... me parto!!!

Anónimo dijo...

Martinelli? que Martinelli? de Sebago para arriba, oiga.

Joder, que ataque de seborrea, joder,cuanta caspa.

Anónimo dijo...

Sólo lo resumiré con una palabra:brillante.

Anónimo dijo...

LA FORMULA SOSTENIBLE
A comienzos del siglo XXI la visión hacia el futuro de nuestro camino como habitantes del planeta se hace cada vez más y más opaca. Cada día transcurrido nos acerca de forma lenta pero inexorable hasta el punto crítico, donde el reloj de la cuenta atrás para la capacidad de recuperación de nuestro planeta, empiece a funcionar sin poder detenerse.
Es tiempo de empezar a poner en práctica las soluciones con las que contamos, revisarlas, mejorarlas si es posible ejecutarlas.
AMPARAR: UN DEBER FUNDAMENTAL
Los seres humanos hemos sido impulsados de manera natural hacia nuestra multiplicación, para poder llegar algún día, a colonizar por completo a nuestro amplio y extenso planeta para poder desarrollarnos plenamente como especie. Naturalmente, imaginar un derecho de amparo completo (cama, ropa y comida) ha sido hasta hoy, un ejercicio inimaginable.
La sociedad materialista o consumista, causante de los problemas sociales y medioambientales actuales, es una sociedad surgida de manera espontánea y sin control. Todavía hoy, al crecer, pensamos que necesitaremos ganar dinero de alguna forma para vivir. Esta premisa, latente todavía desde nuestros orígenes como ciudadanos, ha marcado al conjunto de la ciudadanía desde siempre, donde para todos, disfrutar de la vida, implica la necesidad de obtener unos ingresos para poder comer, vestir o dormir y en definitiva para vivir. Para todos, el trabajo es el medio necesario para poder alcanzar los objetivos; formar una familia o independizarnos. Pero este no es el objetivo de todos. La falta de alternativas para poder vivir, junto a la necesidad de obtener ingresos, han causado, ya desde nuestros orígenes, la aparición de una sociedad hostil, incómoda y lacrada de enfermedades, guerra, pobreza, opresión, desigualdad, terrorismo, marginación, delincuencia, emigración, muerte y prostitución, que no han hecho más que enaltecer y elevar la importancia del vil metal hasta límites insospechados.
LA PATRIA POTESTAD
En el año 445 a.C. al no ver con buenos ojos las actividades desarrolladas por los menores, los patricios romanos promulgaron la ley de la patria potestad. Una ley que invitaba a los padres, a dar cama, ropa y comida a sus hijos menores de edad. Con esta ley muchos obtendrían la condición indispensable para evadirse de lo arduos trabajos y tareas que a menudo se les encomendaba realizar siendo menores y un incentivo probablemente también muy útil a la hora de favorecer los niveles de alfabetización de la ciudadanía.
En definitiva, una ley (patria potestad) portadora de libertad, pero de una libertad muy pobre, breve y casi nula, pues al concluir, también desaparece con ella.
CLIMA Y DEMOGRAFIA
A pesar de las numerosas enfermedades que nos afectan y del alto índice de mortalidad en los países con menos recursos, la demografía continúa aumentando. Evidentemente los estudios planteados sobre la población para del futuro, junto a la cercana emigración forzosa por el aumento del nivel del mar y de las zonas desérticas, implicarán sin duda la imposibilidad de abastecer a la población entera. También es previsible, que debido a los efectos de la fuerte contaminación en la atmósfera, los riesgos de padecer nuevos episodios epidémicos producidos por la exposición directa al sol como por la inspiración de nuevas bacterias y toxinas acumuladas en las áreas más pobladas, serán muy probablemente un factor muy significativo que afectará a nuestras tasas de mortalidad.
LA UNICA SOLUCION POSIBLE
Todo ello tiene una solución; exprimir y potenciar nuestro derecho de amparo. Promulgar un derecho de amparo continuo y completo para las personas que decidan vivir sin trabajar.
Para recolectar los frutos de una libertad hoy por hoy todavía por descubrir, necesitamos un derecho de amparo más acorde con las necesidades humanas. Los seres humanos hemos nacido para ser libres. A diferencia de los animales, no necesitamos reproducirnos constantemente para preservar nuestra especie. Sin un derecho de amparo como con un derecho de amparo solo hasta los dieciocho, todos estamos destinados a trabajar para encontrar nuestro hueco en la vida. Hasta hoy, sin alternativas y sin libertad, hemos llegado a conocer, con el paso del tiempo, el mundo actual tan humanamente deteriorado, materialista y contaminado que, hoy por hoy, es misión de todos tratar de resolver. Así pues, con un derecho de amparo más amplio, muchos ciudadanos/as podrán optar por desarrollar una vida laboral pasiva. Así, además de frenar los índices demográficos, también conseguiremos reducir los niveles de destrucción y de contaminación derivados de nuestro sistema de consumo actual.
LA FAMILIA
El aumento considerable de la población implica que cada vez más los ciudadanos mayores se queden solos. Al alcanzar la mayoría de edad, los jóvenes se independizan afectando en algunos casos seriamente la estructura familiar para siempre. Con un derecho de amparo adecuado, la estructura familiar se vería ampliamente reforzada y los lazos entre padres e hijos fortalecidos de manera notable. Los padres podrían ejercer mucho más tiempo de padres y los hijos que permanezcan con ellos, aportar al espacio familiar el mismo calor, complacencia y bondad inculcado por los propios padres. Un bienestar que se traducirá, en una mayor esperanza de vida, en el aumento de la salud y en alcanzar una vida y vejez más saludable para todos.
La reforma del derecho de amparo o ley de la patria potestad actual, es para mí, y espero que también lo sea pronto para ustedes, la única fórmula válida necesaria para que, espero que pronto, podamos conocer los frutos de una libertad necesaria y todavía inédita y el punto de partida para conocer el planeta sano, civilizado y sostenible que todos deseamos.
De todos nosotros depende.

Más información http://www.leypaz.com