domingo, enero 28, 2007

El final de la violencia


Según El País, el ejército de EE.UU. ha diseñado una sofisticada arma que permite dispersar manifestaciones proyectando dosis de calor inocuas pero insoportables. ¿Creían que sólo se dedicaban a invadir países y torturar presos? Pues no, también tienen un departamento de investigación de lo más productivo. A ver quien es el guapo que monta manifestaciones contra el Gobierno sabiendo que te puedes encontrar como si salieses por Sevilla a las cuatro de la tarde el día 14 de agosto. Tela. ¿Qué será lo próximo? ¿Perseguir y acosar a los comunistas? ;o)

Esta noticia me ha recordado casi automáticamente una estrambótica peli de Wim Wenders (aunque el término estrambótico parece estar siempre unido al de Wenders) que se llama El Final de la Violencia. Recuerdo vagamente que el argumento giraba en torno al arma definitiva, el que permitía finiquitar violentamente cualquier brote de violencia. La violencia puede acabar con la violencia.

Pero aquí no, aquí la "violencia legal" pretende acabar con la disidencia legal. Nos tratarán de vender que el rayo de calor sólo se utilizará cuando las cosas se desmadren, pero qué quieren que les diga, resulta difícil creer que no vaya a aplicarse siempre que algo moleste. Total, ¿quién puede quejarse de un poquito de calor?


Ps: La vida misma. Si Bassi fuese de derechas, se imaginan la batería de portadas de periódico, de tertulias de la COPE, columnas de Pío Moa y Fedeguico, interpelaciones parlamentarias, ruedas de prensa de Alcaraz, declaraciones de Buesa, homilias en las Iglesias, peticiones de dimisión de ministros, resoluciones del Parlamento Europero y manifestaciones por la LIBERTAD que hubiera habido? Pero como no lo es, pueden ponerle bombas y manifestarse enfrente del teatro con banderitas de las que molan (vamos, que no son la de Cuba). La LIBERTAD de Bassi es menos importante que las de las personas de bien y de derechas.







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