Los okupas son malos por definición

Esto es lo que ha dicho literalmente Montserrat Nebrera, diputada del PP en el Parlament de Catalunya, argumentando que se saltan el "sistema" y por tanto, "son delincuentes". Y como el Gobierno de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona - especialmente los de ICV - están dándole vueltas a qué hacen con los pisos vacíos cuyos propietarios sólo especulan y especulan esperando la mejor oferta para vender, pues que son otros antisistema que "están dispuestos a cargarse las dos piezas fundamentales de nuestro sistema: la libertad y la propiedad". Esta diputada dice además que los okupas "son gente de buena familia, con muchos recursos económicos", y suelen contar con "buenos abogados" para encargarse de sus casos.

Estamos de moda los liberticidas.

Que a alguien se le ocurre hablar de un canón o de un impuesto: ¡liberticida!

Que a alguien se le ocurre convocar una manifestación: ¡liberticida!

Que a alguien se le ocurre que es mejor esperar a que los jueces resuelvan los crímenes en lugar de hacer juicios paralelos en la prensa: ¡liberticida!


Desde que la FAES da cursillos a los cargos públicos populares, todos hemos pasado a ser liberticidas en potencia mucho antes de que se demuestre lo contrario. Resulta ahora que el sujeto revolucionario popular es el propietario de varios pisos vacíos que ya no pretende vivir de las rentas del alquiler, sino simplemente pegar el pelotazo aprovechándose de los escandalosos precios de las viviendas. En él se resumen las virtudes del sistema: la propiedad privada (acumulativa si es posible) y la libertad para hacer con ella lo que le salga de las escrituras.

Esta posmoderna lectura liberal que ensalza el artículo 33 de la Constitución Española que protege la propiedad privada, pero que niega el 31 (¿recuerdan la bobada aquella de la apología de los impuestos?) o el 47 que señala literalmente que "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos".

Este es un paso más en esta burda relectura de la transición y de la historia de la democracia española a la que asistimos diariamente. Ahora, los que nos acusan de liberticidas y se les llena la boca de Constitución, han decidido cuáles son los artículos vitales para la democracia y cuáles no. Y por supuesto, los derechos de cualquier propietario de viviendas vacias están muy por encima de los de cientos de miles de jóvenes que no pueden emanciparse.

Y por supuesto Montserrat Nebreda puede llamar "malo por definición" a un okupa y decir que son todos de "buenas familias". ¿Y Ud. que sabe? ¿Ud. ha tenido problemas para acceder a la vivienda? Cuéntenos su experiencia, pero no nos hable de quiénes son de buenas familias y quiénes no, porque quizás salga perdiendo.

Y por supuesto, yo, que debo de ser un liberticida de los peores, digo que por encima de la propiedad privada de varios pisos vacíos están los derechos de los cientos de miles que no pueden acceder a una vivienda. Y que menos que paguen por ello las miserables cantidades que prevé, por ejemplo, el proyecto de Ley del Gobierno Vasco. ¡Qué menos!


Ps. Y no me mezclen temas que les veo. La política de vivienda es otro cantar y en esto, el Gobierno de ZP y su Ministerio de Vivienda, están fracasando estrepitosamente. Porque es muy fuerte montar un Ministerio para nada.

Ps2. Una pincelada sobre lo de Alcorcón para lanzar un reproche bien gordo a los medios de comunicación. Ayer asistí triste a una entrevista a un chaval de menos de 16 años. Él decía atropelladamente que iban a buscar a "un Latin" para hablar y que si no se podía pues habría pelea. Ví también varias entrevistas más a adolescentes en las que no se buscaba la información, sino el sensacionalismo más atroz. Me parece que en momentos tan graves como esos, los medios no deberían echar más leña al fuego ofreciendo a los adolescentes ser ídolos por un día. Se agradecería un poco de sensatez y recordar que esos chicos son menores de edad.