A mi también me cargan las ceremonias de entrega de premios, sobre todo las de cine. Además, no suelen condicionarme a la hora de elegir una película (ni ahora que voy de pascuas a ramos, ni antes que iba con frecuencia). Pero lo que he leido durante esta semana al respecto de la gala de los Goya es para pensar en lo indocumentada que está esta derecha que nos ha tocado.
El Libelo Digital titula hoy con calzador: "
La gala de los Goya gana un millón de espectadores pero no supera a la serie Aída". Les ha faltado el
chincha rabiña. Aunque es mejor otro titular del mismo medio (¿?): "
Pedro Almodóvar triunfa con Volver en una gala de los Goya sin una sola crítica al Gobierno". Aquí falta algo más contundente como un "
ahí les has dao".
Y yo me pregunto: ¿A qué viene tanta preocupación por los Goya?
Yo sé que la derecha está que rabia porque cuando Aznar decidió apoyar a EEUU e Inglaterra en la invasión de Iraq, los actores protestaron. Y eso es que les jode mogollón. No pueden con ello. Por eso no hacen más que hablar de titiriteros y subvencionados, aunque, cuando protestaron, los que manejaban las subvenciones no eran precisamente los que ocupan el Gobierno actualmente, verdad?
Pero más allá de estas tontunas, me preocupa la relación arte/poder. Por definición, esta debe ser siempre de alejamiento, contestataria y crítica, y eso no tiene que ser confundido con el acto de crear. Es decir, a mi no se me ocurriría en la vida renunciar a uno de mis escritores favoritos como Vargas Llosa porque es liberal. Su capacidad narrativa está muy por encima de eso y, afortunadamente, por encima de sus ideas políticas que suelo detestar. ¿Y qué? Nada más sublime que Pantaleón y sus visitadoras, que el Chivo y su fiesta, que Lituma, que los cachorros, que la ciudad y sus perros, que la catedral y la guerra del fin del mundo. Chssst, Rome, es que es liberal.... y a mi qué? Es un genio por encima de todo.
Pongámoslo al revés. Imaginemos que el artista es de izquierdas, o por lo menos, no está adscrito al pensamiento único. Entonces, tenemos estulticias como las siguientes:
"
Como ese número cada vez mayor de personas con cierto gusto estético, yo tampoco veo cine español contemporáneo desde hace ya algunos años, dieta que recomiendo a todo el mundo por sus salutíferos efectos sobre alma, mente y cuerpo. He establecido mi propio cordón sanitario para evitar que una izquierda cerril, casi gótica, me agreda con sus chorradas y encima me cobre dos veces".
¿Ibarreche? ¿Carod? Noooooooooooooo, un tal
Pablo Molina, que derrocha a raudales su buen gusto liberal. Supongo que desde Raza no hay nada de su gusto. Ya saben, del
Estituto Juan de Mariana ese. Supongo que no utilizará ni la escuela concertada para sus hijos (si los tuviese), ni transitará por las autopistas de peaje en la sombra de Aguirre (ni por sus futuros hospitales), ni comerá verduras y hortalizas de la tierra, n isiquiera beberá vino de D.O. ya que está tan preocupado por pagar dos veces.
Pero lo mejor no es eso, que sólo demuestra su sectarismo y desconocimiento más profundo, sino que diciendo que no va a ver cine español, le dedica un párrafo enterito a describir cada una de las pelis que optaban a los Goya. ¿Quién te las ha contado, picarón? Seguro que tú vas de liberal de la muerte haciendo campaña para no ir a ver las pelis españolas subvencionadas y luego obligas a alguien de tu familia a ir para que te las cuente y ponerlas a parir. Ayyyy, que pillo.
En fin, espero que las cosas sigan siendo como hasta ahora... que alguien te diga, tío, tienes que ir a ver esta peli, es buenísima, menuda historia, vaya guiones, y la banda sonora... espectacular... no dejes de verla... y la respuesta no sea, ya, ¿pero es española? Es que si española yo no voy que pagas dos veces y todas son de izquierdas...
¿Qué puedes esperar de alguien que valora la nacionalidad de la peli para ir al cine? Imaginen que trasladan esta propuesta al resto de las parcelas de su vida cotidiana...